Y Sem adujo: dios, «Hay una mente celestial». Y un modo de cantarla.
Ir en cada octava poco a poco porque así, se cita a Dios, brahma se ensancha.
Del Brih-brama, su canción, el OM bendice y se duplica lo vibrante y fluye-con...
...y viene desde ahí y siendo-como y para-sí y con-otros, revelada.
Y el rojo es Sita, excitatoria y el amarillo, gozo. Y el verde es tan sedante. Esa es la mente justa. Una hoja llena de verde-clorofila. Rigpa celeste.
Un cielo azul que no deprima porque todo sea dual. O existan sus paradojas, aún no reconciliadas con el infinito o la vibración de la Dicha. O lo astral.
Ha cantado la octava 28 de lo Desconocido en el corazón donde él mora, crístico Vishnú. Sem, feliz, confiesa: «Escuché al que da TODO».